[Reportaje] Mina canadiense en Ecuador: aceptación o discordia (2024)

Aunque miles de kilómetros separen esa área de la Amazonía ecuatoriana de la ciudad de Vancouver, Canadá, donde está la sede de Lundin, la conexión silenciosa entre ambas regiones existe desde hace una década.

Fruta del Norte pasó a manos de la minera canadiense Lundin Gold en 2014 cuando otra empresa de Canadá, Kinross Gold, vendió sus activos.

Desde entonces, Lundin se ha ocupado de la construcción y explotación de la mina que inició su producción de oro en 2019 y su producción con fines comerciales en 2020.

Durante la visita a Canadá del presidente del Ecuador en marzo, pocas semanas antes del inicio de las negociaciones de libre comercio entre Canadá y Ecuador, el tema de la minería canadiense en ese país sudamericano resurgió causando una cierta controversia entre organismos de derechos humanos y defensores del medioambiente de Canadá.

No hay de qué preocuparse

En comunicación con RCI, el presidente y director general (PDG) de la Asociación Minera de Canadá explicó que por el momento, no hay de qué preocuparse ya que Ecuador tiene apenas dos proyectos mineros en funcionamiento, uno chino y otro canadiense.

Pierre Gratton dijo que Ecuador "no es realmente lo que llamamos un país minero", pero que tiene mucho potencial.

"Tiene la misma geología que Perú, Chile y Bolivia, que sí tienen muchas inversiones y producción minera, pero Ecuador no", afirmó el administrador.

Hasta ahora solamente tiene 2 instalaciones mineras. Y eso es muy pequeño. Históricamente, Ecuador estaba más implicado con la producción del petróleo, no en la minería. Pero los últimos gobiernos, incluso el actual, han visto el potencial. Y la posibilidad de diversificar su economía con el desarrollo del sector minero.

El ejecutivo explicó también que las 2 instalaciones mineras actuales, una canadiense y otra china, son relativamente nuevas por lo que realmente se trata del nacimiento del sector minero en Ecuador.

Asimismo, Pierre Gratton aclaró que en el país sudamericano hay más exploración que explotación minera. En el ámbito de la exploración "sí hay muchas empresas canadienses".

Él explica que eso se debe a que Canadá posee más empresas de exploración que todos los países del mundo, "pero son empresas muy pequeñas, quizás 5 a 10 empleados", precisó el canadiense.

"Además, la exploración minera es una actividad con mucha incertidumbre. En nuestro sector decimos que por cada mil proyectos de exploración, apenas uno se convierte en una mina", indicó Pierre Gratton.

Entonces, los impactos son muy pequeños, concluyó el PDG de la Asociación Minera de Canadá.

Zamora Chinchipe es muy diferente…

Juan José Herrera, gerente sénior de sostenibilidad de negocios de Lundin, también cree que los efectos positivos de la mina Fruta del Norte sobrepasan ampliamente los impactos negativos.

El representante de la compañía canadiense en Ecuador explicó a RCI que las fases de construcción y de operaciones son las que tienen más repercusiones positivas, económicas y sociales. Es en esas etapas justamente "que es más importante gestionar impactos negativos sociales y ambientales", afirmó.

Herrera aclaró que al irse la minera canadiense Kinross de la región dejó un gran vacío ya que siendo una empresa muy grande, había hecho inversiones importantes en la comunidad y aproximadamente 300 personas de una comunidad (parroquia) de 4 500 trabajaban en la mina.

Eso ya había generado una recesión, digamos económica, pero muy local. Las personas que habían empezado algún emprendimiento se habían endeudado, aquellas que tenían un trabajo, de la nada volvieron a cero. Entonces ya había una pequeña recesión económica a nivel local.

Como Zamora Chinchipe es una provincia tradicionalmente minera, de minería artesanal, hay una apertura a ese tipo de actividades industriales, contrario a otras regiones aledañas, afirmó Herrera.

Por ejemplo, Azuay, una provincia económicamente en buenas condiciones con mucha industria, no ve la necesidad de la minería a gran escala. Además, hay presencia de grupos indígenas que han estado tradicionalmente en contra de la minería en la Sierra Norte, etcétera. En Zamora Chinchipe es muy diferente...

Según el gestor, desde que Lundin tomó el control de la mina Fruta del Norte, las relaciones con las comunidades vecinas son armoniosas y se mantienen así debido a "un diálogo participativo" que fue establecido desde 2015 y que se lleva a cabo cada seis semanas a través de mesas de trabajo con líderes comunitarios.

¿Despojo sutil?

María Fernanda Solíz Torres lleva años investigando el caso específico de la mina Fruta del Norte. En 2018, terminó un estudio en donde se concentró en hacer lo que llamó "monitoreo comunitario participativo" con el fin de analizar cómo se veía o sentía afectada la población de la localidad El Zarza, la más cercana a la mina.

En su investigación, titulada "Fruta del norte: la manzana de la discordia. Monitoreo comunitario participativo y memoria colectiva", Solíz Torres y sus coautores, explican que si bien Ecuador no se identifica como un país que presente una "abundante historia megaminera".

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Con la firma de los contratos para explotación de los proyectos Mirador en 2012 y Fruta del Norte (FDN) en 2016 en la cordillera del Cóndor, se ha vivido un período de transición, iniciado en los años 90, con la llegada de las primeras empresas mineras transnacionales, se puede leer en el informe del estudio.

El yacimiento de FDN fue uno de los yacimientos identificados en los 90, y los gobiernos que siguieron –tanto los neoliberales como el gobierno de la Revolución ciudadana– propiciaron el cumplimiento de un conjunto de precondiciones sociales y materiales necesarias para el futuro desarrollo de los grandes megaproyectos estratégicos en la cordillera del Cóndor.

Según esta investigación, tras la firma del convenio entre el gobierno ecuatoriano y Lundin Gold y el inicio de la la llamada fase de "desarrollo" de la mina de oro, las comunidades aledañas al proyecto "sufrieron una nueva etapa de despojo, después de haber sobrevivido a continuos intentos de apropiación de sus territorios".

El estudio indica que las estrategias de "acaparamiento de tierras y erradicación de comunidades", que han utilizado las transnacionales mineras que se han sucedido al frente del megaproyecto de la FDN, pueden calificarse de sutiles, pues no han necesitado recurrir a la militarización y a la violencia física para lograr el desplazamiento y el despojo de las comunidades del lugar.

En El Zarza, comunidad vecina de la mina y de una reserva forestal, los investigadores dicen haber observado una "estrategia discursiva" que invoca la figura de ecosistemas frágiles para responsabilizar de posibles impactos ecológicos a comuneros colonos, quienes han habitado y producido este territorio en las últimas décadas.

Con estas formulaciones, los comuneros y sus actividades productivas tradicionales son convertidos en enemigos del medio ambiente, se puede leer.

Nos persiguen al pueblo, como si nosotros fuéramos el enemigo, como si no fuéramos del Ecuador, si es por nosotros que todo esto existe. Y ahora, no nos dejan lavar orito ni con plato, ya hasta nos prohibieron cortar los árboles muertos. En cambio, a la empresa, que está talando montañas enteras de bosque vivo, a ellos los del Medio Ambiente les protegen.

¿A quién beneficia la mina?

Cuando RCI le preguntó a Juan José Herrera, gerente sénior de sostenibilidad de negocios de Lundin Gold Inc., qué puede hacer la compañía para que la comunidad y las comunidades alrededor de la mina se beneficien más de las ganancias que genera la mina, el representante respondió que hay mecanismos que se llevan a cabo desde los gobiernos nacional y provincial para que se distribuyan los beneficios financieros correspondientes.

Pero que la compañía misma trata de hacer tangibles los beneficios en las comunidades.

Nuestra estrategia de sostenibilidad tiene pilares claros y medimos cómo estamos avanzando hacia las metas de esos pilares. El tema económico es muy importante, ventas y PIB, etcétera, pero a nivel local buscamos crear esos impactos sociales y lo medimos [...] identificar las brechas en educación [...] embarazo adolescente [...] violencia intrafamiliar [...] el abuso de alcohol [...] pobreza, salud.

El gestor dice que Lundin dice estar consciente de que un proyecto como la mina Fruta del Norte puede generar problemáticas sociales, migración y que su estrategia de sostenibilidad ataca a esas problemáticas."Estamos viendo muy interesantes resultados", concluyó Juan José Herrera.

La mina Fruta del Norte ocupa una superficie de 4.661 hectáreas y tiene una vida útil de 13 años. Cuenta con unas reservas de oro y plata de unos 4,82 millones de onzas y 6,34 millones de onzas, respectivamente. Se trata de una mina subterránea ubicada cerca de la reserva ecológica El Zarza.

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